7 maneras de aumentar la oxitocina en tu cuerpo
La oxitocina, conocida como la hormona del amor, es mucho más que un simple componente biológico. Además de favorecer las interacciones sociales, la lactancia, el cuidado y el parto, esta hormona con funciones de neurotransmisor, cumple muchos más propósitos.
Reduce la presión arterial y los niveles de cortisol, aumenta el umbral del dolor, reduce la ansiedad…
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La oxitocina es uno de esos elementos químicos cerebrales más poderosos a la hora de modular nuestro comportamiento. De este modo, tal y como nos explican profesores como Miranda Olff de laUniversidad de Amsterdam, en la revista médica Psychoneuroendocrinology este componente es un favorecedor de la salud mental y genera una respuesta muy positiva en el tratamiento de diversos trastornos psicológicos.
Ahora bien, cabe decir que su administración externa más allá del ámbito clínico no es recomendable. Todos nosotros podemos aumentar la producción de oxitocina de modo natural. Por ello más que centrarnos en nuestros niveles actuales, lo que debemos hacer es preguntarnos qué podemos hacer para potenciar su presencia en nuestro cuerpo y beneficiarnos así de sus efectos.
En algunas situaciones, como las relaciones sexuales o el parto, se libera oxitocina de forma natural.
Lo creamos o no, hay otras muchas formas de conseguir un aumento de los niveles de esta hormona para reducir el estrés y sentirse mejor. Veamos cómo conseguirlo.
Aumentar la producción de oxitocina, lo que nos dice la ciencia
Fue a partir de los años 70 cuando los neurocientíficos empezaron a evidenciar un gran interés por la oxitocina y su relación con el comportamiento maternal y la vinculación social en varias especies, incluyendo cómo no a los seres humanos. Algo que pudo descubrirse es que más allá incluso de la relación madre-hijo, este componente tenía la facultad de mejorar el comportamiento social.
Es más, cuando el ser humano u otro animal genera un comportamiento que el cerebro entiende como beneficioso, este nos recompensa con oxitocina y endorfinas. Es decir el mecanismo de acción es doble, la oxitocina nos determina pero también nosotros mismos con nuestras acciones y comportamientos podemos hacer que aparezca.
Era tal el entusiasmo generado con esta hormona, que muchos científicos empezaron a valorar una posibilidad. Tal vez, al administrar o aumentar la producción de oxitocina en los niños con trastorno del espectro autista (TEA) podría mejorarse su sociabilidad, su apertura y conexión emocional. Bien, estudios recientes como el llevado a cabo por la Universidad de Seul, nos revelan que a día de hoy aún no hay ninguna relación concluyente.
De este modo, la ciencia nos recuerda algo muy simple. Todos nosotros podemos aumentar de forma natural la producción de oxitocina en nuestro cuerpo. Toda conducta positiva, gratificante y enriquecedora será recompensada con esta molécula.
1. El contacto físico
La oxitocina desencadena un sistema de recompensas excepcional cada vez que establecemos contacto físico con alguien significativo.Es bien sabido que las relaciones sexuales, por ejemplo aumentan, los niveles de oxitocina. No obstante, también los abrazos de los amigos o familiares, las caricias de nuestros hijos e incluso ese achuchón con nuestras mascotas, resulta muy gratificante para nuestro cerebro.
2. Las palabras de aliento
Cuando alguien nos hace un cumplido, nos anima o nos consuela nos sentimos bien, encontramos calma y bienestar. Estas palabras de aliento nos hacen sentir queridos y valorados. A su vez, el acto de ser nosotros mismos quienes apoyemos a los demás y les infundamos ánimo y apoyo también revierte en nosotros mismos: también producimos oxitocina.
Las palabras son una poderosa arma para sentirnos bien y hacer sentir bien a los demás. Pueden transmitir bondad, compasión y amor. Nos conectan y erigen un pilar fundamental en nuestras relaciones sociales.
3. Escuchar a los demás
Escuchar es una forma increíble de aumentar la oxitocina. Todo el mundo quiere sentirse reconocido. A todos nos gusta saber que somos comprendidos, aceptados, validados… Es otro componente esencial en nuestros vínculos cotidianos.
Por ello, nunca está de más recordar el gran poder de la escucha activa y de esa mirada que atiende, acoge y mira sin juzgar. No practiques la multitarea cuando alguien requiera tu atención. Ofrécete a la persona que te está hablando con total apertura; el esfuerzo siempre vale la pena.
4. Meditación
La meditación relaja cuerpo y mente, permitiéndonos entrar en calma y equilibrio, reduciendo así el estrés. Esta práctica que hunde sus raíces en la antigüedad se está arraigando cada vez en nuestra sociedad. Es más, la práctica psicológica reconoce ya sus beneficios, siendo el mindfulness un enfoque más que valorado y aceptado.
En la cultura occidental la palabra meditación viene del latín meditatĭoque originalmente indicaba un tipo de ejercicio intelectual. En este sentido, la meditación es un valioso instrumento para apagar los miedos y liberar oxitocina.
“La meditación y la oración alimentan el alma”.-Og Mandino-
5. Ejercicio
El ejercicio no sólo sirve para mantener el cuerpo sano. Con el ejercicio y la actividad física aumentan las endorfinas y también la oxitocina. Además, la sangre se oxigena y llega con mayor impulso y facilidad al cerebro y a otras partes del cuerpo. La cantidad de hormonas que se liberan en este proceso es muy positivo.
Para hacer ejercicio y obtener todos estos beneficios no hace falta ir al gimnasio ni salir a correr o a montar en bicicleta si no se desea o no se puede. Salir a caminar o hacer ejercicio moderado en casa es suficiente. De este modo, también conseguimos una adecuada liberación de oxitocina.
6. Llorar
“Llorar es un acto saludable y necesario para la salud de nuestro organismo”, dice el doctor Stephen Sideroff, psicólogo clínico de la Universidad de California, Los Ángeles. El llanto actúa como liberador de nuestras emociones, disminuye el estrés y el cortisol y aumenta los niveles de oxitocina.
Así, la acumulación de energía que produce el encarcelamiento de nuestros sentimientos hace que el estrés se instale en nuestras vidas y que los problemas físicos empiecen a aparecer.
El llanto precisamente es un acto de expresión y adecuada gestión de esta energía. Piensa en cómo te has sentido después de esas veces en las que parecía que no podías parar de llorar. Tras esos instantes de desahogo siempre llega el alivio, la calma…
“Las lágrimas desinfectan el dolor”.-Ramón Gómez de la Serna-
7. Ser generoso dando algo a otros
Nos sentimos bien cuando damos y cuando nos damos. Ser generoso y caritativo, así como ofrecer nuestro tiempo a los demás de forma desinteresada hace florecer la gratitud y la conexión con los demás, liberando grandes dosis de oxitocina.
Otro gesto generoso que libera oxitocina es hacer un regalo a alguien de corazón. Un detalle para el que no es necesario contar con la excusa de un gran logro o la celebración de un aniversario. Lo que realmente desata la liberación de oxitocina es el hecho de pensar en la otra persona con cariño y con ganas de agradarle.
Para concluir, tal y como hemos podido ver aumentar las dosis de oxitocina de manera natural no es tan complicado. Se trata solo de favorecer nuestro bienestar y de conectar con los demás de manera genuina, afectuosa y respetuosa. Pongámoslo en práctica.
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