6 tipos de hormonas y sus estados de ánimo asociados
Los diferentes tipos de hormonas de nuestro organismo no solo cumplen funciones vitales para controlar determinados procesos biológicos. Lo queramos o no, condicionan nuestro comportamiento e incluso nuestro estado de ánimo. Es más, en ocasiones cualquier desequilibrio hormonal nos puede llevar a una depresión o a ver y sentir nuestra realidad de un modo muy diferente.
A todos nosotros nos gusta pensar que tenemos pleno control sobre nuestro comportamiento, nuestros pensamientos y cómo no, sobre cada una de las conductas que llevamos a cabo. Sin embargo, estamos supeditados por completo a ese universo diminuto, poderoso y a instantes caótico que son nuestras hormonas. Estos mensajeros proteicos encargados de regular infinidad de procesos metabólicos impregnan también nuestro cerebro, mediando en nuestra conducta e incluso en el tipo de pensamientos que podemos llegar a tener.
Las hormonas son los mensajeros químicos del cuerpo. Viajan a través del torrente sanguíneo hacia los tejidos y órganos para mediar en nuestro desarrollo, nuestro equilibrio interno y en nuestro bienestar. Sin embargo, cualquier pequeña alteración puede suponer un impacto en nuestra salud y en nuestra conducta.
Somos conscientes de que visto de este modo, puede sonar algo inquietante, porque pocas cosas pueden llegar a ser tan perturbadoras como no tener un control total sobre nuestros estados de ánimo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que muchos de esos desequilibrios hormonales pueden regularse favoreciendo un correcto estilo de vida. Así, algo tan importante como alimentarnos de forma correcta, practicar deporte, gestionar nuestro estrés y establecer revisiones periódicas con nuestros médicos puede sernos de gran ayuda.
No podemos olvidar, por ejemplo, que un gran número de personas experimentan diversas alteraciones, estados de indefensión y apatía sin saber que padecen algún tipo de alteración en la glándula tiroides. Por tanto, gran parte de esas irregularidades asociadas a los diversos tipos de hormonas pueden tratarse, bien mediante fármacos o mejorando los hábitos de vida.
Tipos de hormonas y los estados de ánimo asociados
Carla tiene 35 años y acaba de tener a su primer hijo. Se ha labrado una carrera exitosa, una buena posición en su empresa y todo en su vida iba a la perfección hasta que dio a luz a su bebé. Ocurrió algo no previsto y aún menos imaginado. Se sentía incapaz de salir de la cama, sin fuerzas para sostener siquiera a su hija, sin ánimos de volver a su realidad y afrontar esa etapa de su vida.
Carla sufre depresión postparto, además de hipotiroidismo. Ella no ha elegido ese estado, no es una mala madre ni se ha rendido, este sencillo pero común ejemplo nos da a entender cómo el desequilibrio de un determinado tipo de hormonas puede impactar en nuestra conducta, estado emocional y pensamientos de un modo realmente devastador.
Veamos ahora cuáles son las principales hormonas que orquestan en nuestro comportamiento y estado de ánimo.
1. Cortisol
Como todos sabemos, el cortisol es la hormona que media en los estados de estrés y ansiedad. Sin embargo, su mera presencia en nuestro organismo no significa que de forma casi irremediable vayamos a perder el control o a experimentar un estado de alarma. La clave está en el nivel que se libere, en el equilibrio.
El cortisol es una hormona glucocorticoide que se sintetiza a partir del colesterol justo en unas glándulas situadas sobre nuestros riñones. Gracias a ella, obtenemos la energía suficiente para levantarnos por las mañanas, para iniciar nuestras tareas y actividades cotidianas, y nos ayuda también a reaccionar ante situaciones que nuestro cerebro interpreta como peligrosas.
Ahora bien, el problema con este tipo de hormona está cuando se segrega de forma constante. Cuando nuestra mente considera que solo nos envuelven problemas, cuando la vida se torna demasiado exigente y todo parece escaparse de nuestras manos…
Así, en el caso anteriormente señalado, cabe decir que la ciencia ya ha podido demostrar que aquellas mujeres que experimentan un aumento de cortisol en sangre durante las 25 semanas de gestación tienen un mayor riesgo de sufrir depresión postparto.
2. Oxitocina
La oxitocina es una «hormona multipropósito». Este oligopéptido, compuesto de nueve aminoácidos, favorece la mayor parte de nuestras conductas prosociales, como las relaciones de pareja, la sexualidad, la amistad, la necesidad de cuidado, la crianza, la lactancia… Ahora bien, un descenso en nuestros niveles de oxitocina puede mediar en la aparición de estados depresivos, tristeza, indefensión y en un tipo de proceso igualmente llamativo: la falta de empatía.
Tal y como se reveló en un trabajo publicado durante una de las conferencias anuales de la Sociedad Británica de Endocrinología, las personas con un nivel bajo de oxitocina demuestran peores resultados en tareas de empatía.
3. Melatonina
La melatonina ha suscitado siempre un gran interés por parte de los organismos científicos. Sabemos que media en nuestros ciclos de sueño y vigila, sin embargo, en los últimos años se está demostrando que esta hormona también frena el envejecimiento prematuro y actúa como protector neurológico.
- La melatonina o N-acetil-5-metoxitriptamina es una hormona que se sintetiza a partir del triptófano y que se produce en la glándula pineal.Un nivel adecuado de este compuesto favorece nuestro descanso y sincroniza además los ritmos de nuestros neurotransmisores cerebrales.
- Por su parte, un déficit en melatonina no solo media en la aparición de insomnio. Podemos experimentar un debilitamiento en nuestros procesos cognitivos (menor atención, pérdidas de memoria…) e incluso mayor riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas.
4. Hormonas tiroideas
Las hormonas tiroideas son macromoléculas cuyo preciso equilibrio, lo queramos o no, favorece nuestro bienestar, nuestro estado de ánimo y una buena salud. Intervienen en prácticamente todos los procesos metabólicos y funcionales de nuestro organismo mediando en ese universo endocrino donde las T1, T2, T3, T4, TSH cumplen un papel indispensable.
Así, y para que la tiroides pueda realizar su trabajo en armonía y precisión necesita materias primas, como el yodo o la vitamina B 12. Curiosamente, son dos elementos que no suelen abundar en nuestras dietas occidentales…
Cualquier irregularidad en la tiroides, tanto si trabaja de un modo deficitario o si lo hace en exceso, originará trastornos como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo.
5. Adrenalina
Tal y como suele decirse, la ansiedad es un monstruo que se alimenta de la adrenalina. Sin embargo ¿es realmente tan negativa este tipo de hormona? En absoluto, no nos quedemos con las etiquetas. Estamos ante una sustancia polivalente, como lo es la dopamina o la oxitocina.
- El impacto que la adrenalina tiene en nuestra conducta es inmenso y vale la pena tenerlo en cuenta. Gracias a ella activamos nuestro instinto de supervivencia, nos motivamos para superarnos día a día, para disfrutar de nuestras relaciones, para ser productivos en el trabajo o el deporte…
- Ahora bien, un exceso de adrenalina en nuestro organismo, media en estados de ansiedad. Un déficit en los niveles de adrenalina cursa con depresión, baja motivación, desinterés, apatía, indecisión…
6. Endorfinas
Las endorfinas son sin lugar a dudas nuestras hormonas favoritas. Hay cerca de 20 tipos de endorfinas en el cuerpo humano y se distribuyen por varias zonas: en la glándula pituitaria sobre todo, en otras partes del cerebro y en el sistema nervioso.
Estos compuestos químicos interactúan con los receptores de opiáceos para reducir la percepción del dolor y actuar casi del mismo modo que la morfina y la codeína. Asimismo, un buen «torrente» de endorfinas supone experimentar fabulosos estados de euforia y de bienestar, algo que suele suceder cuando por ejemplo llevamos a cabo tareas que nuestro cerebro considera como «positivas», tales como el deporte, disfrutar de nuestras amistades, de la comida, de la sexualidad…
Para concluir, cabe decir que hay muchos más tipos de hormonas que median en nuestro estado de ánimo, tales como la progesterona, la testosterona o las catecolaminas. Sin embargo, las aquí reflejadas suelen ser las más comunes, las que más alteraciones suelen experimentar en nuestro organismo y las que sin duda deberíamos atender cuidando nuestros hábitos de vida.
Asimismo, es importante señalar que ante cualquier malestar, cambio en nuestro estado de ánimo o pequeña irregularidad ya sea en nuestro cuerpo o en nuestra conducta (cansancio, apatía, pérdida súbita de energía…) no dudemos nunca en acudir a nuestro médico. Los problemas hormonales tienen tratamiento y podemos recobrar sin duda las riendas de nuestra vida.
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