Tiroides y estado de ánimo: ¿cuál es su relación?
Tiroides y estado de ánimo están relacionados. De hecho, tal y como nos revelan varios estudios, las alteraciones en la tiroides pueden estar detrás de ciertos tipos de depresión.
Un sutil aumento o una leve disminución de las hormonas tiroideas puede cambiar por completo el comportamiento de las personas.
Sus preferencias, su conducta sexual, su apetito o sus actitudes se ven muy afectadas. Por tanto, la relación que existe entre tiroides y estado de ánimo es muy estrecha.
Sus preferencias, su conducta sexual, su apetito o sus actitudes se ven muy afectadas. Por tanto, la relación que existe entre tiroides y estado de ánimo es muy estrecha.
De tamaño parecido a una bellota y con forma de mariposa, la glándula tiroides es una de las más importantes del cuerpo humano. Por eso, si comenzamos a sufrir problemas relacionados con ella, lo más probable es que nos acompañen desórdenes físicos y emocionales.
Aún más, se sabe que la interacción tiroides-cerebro-estado de ánimo es determinante incluso para la producción de la serotonina. Estudioscomo el llevado a cabo en el Hospital Universitario Carl Gustav Carus, de Alemania, nos explican que el hipotirodismo, por ejemplo, provoca que suframos un déficit en este neurotransmisor, relacionado como sabemos con el optimismo, el bienestar y la motivación.
¿Quieres saber cuál es la relación entre tiroides y estado de ánimo?
Cualquier alteración en el funcionamiento de la tiroides tiene un impacto modulador en nuestros mecanismos cerebrales. Uno de esos efectos más recurrentes son los cambios en nuestro equilibrio emocional y motivación.
Funciones y disfunciones de la tiroides
La tiroides es la glándula encargada de regular el metabolismo y de suministrar a nuestro cuerpo la cantidad de energía que necesita para realizar sus funciones básicas. Es decir, es la que establece a qué velocidad queman calorías nuestras células y el ritmo al que late nuestro corazón.
Está ubicada en la parte frontal del cuello justo debajo de la laringe y segrega tres tipos de hormonas.
- Por un lado, la calcitocina, que regula el nivel de calcio en sangre. Se usa para tratar enfermedades como la osteoporosis, porque favorece el depósito de este mineral en los huesos.
- Por otro lado, la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), que aceleran el metabolismo de las células produciendo un incremento del calor corporal.
- La T4 es la forma principal de hormona tiroidea en la sangre. La T3 influye en el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso y en el ritmo cardíaco.
Los dos problemas más comunes de tiroides son:
- Hipotiroidismo (tiroides lenta): la glándula está poco activa y produce una cantidad insuficiente de hormonas.
- Hipertiroidismo (tiroides hiperactiva): la glándula está demasiado activa y produce una cantidad excesiva de hormonas.
Aunque ambas surgen de una alteración en el funcionamiento normal de esta glándula, las dos condiciones repercuten de manera muy distinta en las personas que las sufren, tanto en el plano físico como en el psicológico.
Síntomas físicos de las alteraciones tiroideas
A su vez, dependiendo de si hablamos de una u otra alteración, los indicios físicos que tendremos serán diferentes. Incluso, en muchas ocasiones, hasta opuestos. Eso sí, ambos coinciden en la inadecuada estimulación de los distintos órganos del cuerpo.
- Síntomas físicos del hipotiroidismo:
- Aumento de peso
- Incapacidad para tolerar ambientes fríos
- Períodos menstruales irregulares.
- Frecuencia cardíaca más baja.
- Cansancio
- Estreñimiento
- Piel reseca
- Caída del cabello
- Agrietamiento de uñas
- Calambres musculares.
- Síntomas físicos del hipotiroidismo:
- Distracción.
- Pérdida de peso
- Intolerancia al calor.
- Frecuencia cardíaca más alta o irregular
- Bocio.
- Fatiga o debilidad muscular
- Diarrea
- Náuseas y vómitos,
- Dificultad para conciliar el sueño
- Temblores en las manos.
¿Cómo se reflejan en el estado de ánimo?
Como ya hemos adelantado, la relación entre tiroides y estado de ánimo es muy estrecha. M. Bauer, T. Goetz, T. Glenn, psiquiatras de la Universidad de Dresden, nos revelan en un estudio que la interacción entre las enfermedades tiroideas y diversos trastornos psicológicos como la depresión o el estrés es muy significativa.
- Las variaciones en los niveles de hormonas inciden de manera directa no solamente en el ámbito físico, sino también en el cognitivo y emocional. Por ello son igualmente importantes los síntomas psicológicos y alteraciones del estado de ánimo que producen.
- De hecho, los trastornos psicológicos son el principal motivo por el que los pacientes con hipotiroidismo acuden a la consulta.
- Entre sus quejas se encuentra una pérdida progresiva de la iniciativa y el interés debido a un enlentecimiento generalizado de los procesos mentales.
- Eso hace que manifiesten problemas de memoria, deterioro intelectual, dificultades de atención y concentración (sobre todo en tareas de cálculo) y un pensamiento que definen como confuso. La tiroides es muy sensible a los estímulos psicológicos.
Por ello, los pacientes con una actividad baja tienen un estado de ánimo próximo a la tristeza, nostalgia, melancolía e incluso a la depresión.
En los casos más graves y que no han sido tratados adecuadamente, el trastorno puede derivar en demencia. Por su parte, el hipertiroidismo suele generar irritabilidad, nerviosismo, hiperactividad, impaciencia y cambios bruscos de humor.
Se asocia a un incremento de la ansiedad, agitación mental, labilidad emocional (lloran con facilidad y sin poder controlarse) y al insomnio. El caso es que, si no se atajan, pueden aparecer delirios y alucinaciones, así como problemas cardíacos, óseos, musculares y reproductivos muy serios.
Depresión y tiroides
Algunas de las emociones que más relación guardan con la tiroides son la ira, la rabia o el enfado. Por otro lado, tanto el hipertiroidismo como el hipotiroidismo tienen un punto en común: la creación de una sintomatología manifiestamente depresiva.
En esto hay que tener especial cuidado porque es habitual confundir la depresión con un problema en la glándula tiroides. Es decir, aunque haya signos incipientes de depresión, no significa que esta exista per se.
En el caso del hipotiroidismo, el cuadro clínico depresivo es más notorio. Es así porque, al menguar la producción de hormonas y reducir el metabolismo del cuerpo, también disminuyen los niveles de serotonina, norepinefrina, y ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el cerebro.
Ya vemos que las oscilaciones y cambios de la función tiroidea pueden ir de la mano de graves perturbaciones psicológicas, alrededor de las cuales puede establecerse un origen equivocado. Por eso, antes de comenzar un tratamiento para la depresión es necesario cerciorarse de cuál es la actividad tiroidea.
Tiroides y estado de ánimo están íntimamente ligados
Es difícil tener alterados los niveles hormonales tiroideos y no notar una severa inestabilidad física y emocional. Así, lo que suele ocurrir es que mediante el tratamiento de las disfunciones tiroideas, ciertos trastornos psicológicos o psiquiátricos mejoran, e incluso pueden llegar a desaparecer.
La relación entre tiroides y estado de ánimo es es una realidad cada vez más evidente. De ahí la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz para una resolución satisfactoria.
Hay muchos signos y síntomas que nos informan de que algo en nuestro cuerpo no marcha bien. Cambios radicales en los niveles de cansancio ante grados de esfuerzo similares, irritabilidad o irascibilidad pronunciada o problemas para conciliar el sueño serían algunos de estos cambios.
De esta manera, ante la menor sospecha, lo mejor es consultarlo con un especialista. Piensa que con un sencillo análisis de sangre puedes saber cómo está funcionando tu tiroides.
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